Todavia llevo comigo la intesidad de aquel momento, que se parece tanto al dia de hoy. ¿Recuerdas? Bajo la sombra de aquel arbol… El intenso calor, nuestra piel humedecida y nuestras miradas que iniciaban un juego erotico muy peligroso, yo me arroje sobre ti sin decirte nada, y empeze a recorrer tu cuello con mis dedos, que corrian como locos por tus cabellos, apretandolos fuertemente, poco a poco, como tanto te gusta… todo paso tan rapido que se me olvido donde estabamos…
Aun puedo sentir el sol, el calor, la agitacion, el momento es fue tan desenfrenado!!! Me emocionaste tanto, tenerte frente y saborar tus labios carnosos, esos que me llevan a la locura, junto a aquella sonrisa hermosa que me desarma completamente, estan marravilloso… Luego me arrojaste a la hierva, me atrapaste entre tus piernas y tu disfrutabas cada instante en el que me dominadas, me siguias besando a tu gusto, tan tierna y apasionada, me apresabas con tus movimientos lujuriosos, que no sabes cuanto lo disfrute…
Fue una experiencia inolvidable, cada beso iva dejando una huella en mi cuerpo y preparaba el terreno para que me amaras sin cesar… segundo a segundo disfrutava cada caricia que se volvia eterna entre mi cuerpo y el tuyo que se fusionadan ardorosamente, me inquietabas, casi pierdo la cabeza, ya estabamos listos… Cuando de pronto te levantas casi sin motivo aparente, con esa sonrisa picara por poco pecadora, y me dejas bajo la sombra de aque arbol, sin decir nada o casi nada… solo te vas.
Cristobal Colon
Aun puedo sentir el sol, el calor, la agitacion, el momento es fue tan desenfrenado!!! Me emocionaste tanto, tenerte frente y saborar tus labios carnosos, esos que me llevan a la locura, junto a aquella sonrisa hermosa que me desarma completamente, estan marravilloso… Luego me arrojaste a la hierva, me atrapaste entre tus piernas y tu disfrutabas cada instante en el que me dominadas, me siguias besando a tu gusto, tan tierna y apasionada, me apresabas con tus movimientos lujuriosos, que no sabes cuanto lo disfrute…
Fue una experiencia inolvidable, cada beso iva dejando una huella en mi cuerpo y preparaba el terreno para que me amaras sin cesar… segundo a segundo disfrutava cada caricia que se volvia eterna entre mi cuerpo y el tuyo que se fusionadan ardorosamente, me inquietabas, casi pierdo la cabeza, ya estabamos listos… Cuando de pronto te levantas casi sin motivo aparente, con esa sonrisa picara por poco pecadora, y me dejas bajo la sombra de aque arbol, sin decir nada o casi nada… solo te vas.
Cristobal Colon
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