lunes, 9 de enero de 2012

EL HOMBRE ESCRIBE

El hombre escribe, ha vuelto a escribir alegre, casi no la ve, piensa en ella, si la llega a advertir al instante reconoce su olor. Pero ha hecho numerosos esfuerzos mentales para preparar su encuentro y anticiparse.

 En vano; ella siempre llega inigualable.


1.   Palomita: Un gesto tuyo, el movimiento más sutil de tu ceja, cualquiera, se me queda grabado por días extensos. Oh, sí, tantas veces he permanecido jubiloso y sonriente al sentir tu mano en la mía después que te marchas. Eso no cambia.


2.   Lo presumía: no te colocas roja, ni nerviosa, pequeña, ¿será que te encubres y no puedo mirarte? Sensible como yo, todo te afecta, todo, pero ya estás aquí, con tu voz y tu mirada, conmigo.


3.   En las noches, dándome vueltas para uno y para otro lado en mi cama, encajó palabras, letrillas locas de ganas por ser elegidas en tu homenaje, recitado en tu oído lejano, Palomita. Llega la mañana y a veces, bueno, sólo a veces, tienes un regalito pequeño y dulce que me alivia el día, sabes hacerlo Palomita, con palabras precisas cuando despierto.


4.   Y siempre, a pesar de todo, hay un rumor de amor tras tu mirada a diario, muñequita. Me gusta.


5.   Un oficio de jardinería palomita, —eso es chiquita, eso es amarte—; donde se va la vida y aun se necesita tiempo para acabar tan admirable tarea.


6.   Noches y tardes enteras regando tú rosa.


7.   Por ahora, —únicamente por ahora— imposible materializar este sueño que se cubre de azucares, niña de mis fantasías tu salvas mis esfuerzos y los justificas, Palomita, olvidoza, durmiente. A veces peco por romper el silencio más de la cuenta. No es mi culpa, son mis manos que te evocan, es extraño lo sé, pero me pasa casi a diario, ¿Te gusta? Lo sabré pronto quizás o no te importa mucho…


8.   La he visto por los pasillos después de largos días, ¡Oh ha aparecido! Hola, qué tal, todo parece obedecer a coincidencias extrañas gobernadas desde lo alto, la emoción eclipsa la razón ¿Verdad Palomita? Sí, ha respondido por llevarme la cuerda.  Sé que sabe que la estoy mirando y me sonrojo, —así es siempre con ella. Y la tarde se va en un minuto, y el minuto es eterno y azucarado.


9.   Palomita: Me mira y entro al poema, me besa y comienzo a escribirlo; que par de versos son sus ojos, y sus labios la mejor poesía. Así es ella, es alegría extensa y profunda que de pronto llega.


10.               Me ha dicho bueno, ya debo irme, y jugamos a las escondidas, y dilatamos la tregua, hasta luego y se ha ido, ¡que vaina! El hombre ha vuelto a escribir.

11. Amor loco yo por ti y tú por otro,   y viceversa.

 CRISTÓBAL COLÓN MARÍN

sábado, 10 de diciembre de 2011

Bailarina de Porcelana


1.      Una hora diaria contemplando tu cabellera negra, esperando siquiera que mires hacia atrás un instante y sepas que estoy para ti: protegiéndote, conquistándote, aguardando la orden de salida… ¡Ah qué viva está vida! Palomita, casi más por delirio que por cordura te dibujo en esta hoja que tú magnificas.

2.      Sabes hacerlo, Palomita. Cuando todo parecía que había finalizado me sonreíste desde aquel jardín… ¡Júbilo y noticias! yo te leí un poemilla, te ofrecí chocolates ovalados, y brillo mi rostro. Después tú te fugaste por los largos caminos de siempre

Era viernes, amor, desde entonces te amé como nunca.

3.       La misma sonrisa, toda una estrella breve. ¿Sabrás algún día lo que sufrí con tus ausencias? Es que somos demasiado sensibles, demasiado iguales. ¿Qué hacemos si somos demasiado tontos, Palomita?
Tú, la bella sonriente, con cara de niña agraciada, invítame sorbetes de mora, de guanábana, de naranja, tú decides, yo te acepto la oferta, pero vamos, vamos pronto.

4.       Eres ineludible, en cambio si cuando en dulces noches tu imagen invade mi mente. ¿es qué no puedo poseerte? amo tu vida, sí, toda tu vida, pero te soñé anoche. Bueno, fue algo espléndido niña hermosa, Palomita, pude soñarte.

5.     Te hice un desplante, lo confieso, fue hecho a propósito. No por molestarte, no, sencillamente lo que yo quería era evitarte la rutina aburrida de vernos todos los días a las mismas horas, y después me dije: Así la intrigo, esto es un truco, y todas esas cosas, sí, sé de eso, que los amores luchados son bien queridos, pero nunca más pequeña, volveré a intentarlo.

6.       Te veré probablemente en algunos días, en algunos extensos y casi inmortales e inaguantables días para mí. No sé si tú irás caminando a paso rápido huyendo del sol, como acostumbras, y yo miraré tu silueta de bailarina de porcelana y te alcanzaré. ¿Cómo estás? Sí, como siempre—bella, o yo iré adelante, no sé, y tú me llamarás la atención o cantaras mi nombre y me darás un abracito suave que me recuerde tu cercanía.

Profético: Así fue, más o menos, así, algo casi idéntico.


7.     Una de las mañanas más dichosas de estos últimos tiempos fue aquella en que me regalaste una fotografía; luego de revelarla miré le retrato más de veinte veces, te vi en colores y casi puedo materializarte

Entonces sentí miedo y corrí a buscarte, Palomita.


8.    Desde aquel momento eterno, Palomita, comprendiste que te amaba sin decirlo,
 y  si lo has comentado te habrán hecho bullaranga y preguntas. Te habrán dicho: “a quien feo ama le parece hermoso,” debiste decir para tus adentros: este tonto esta a mis pies o tal vez no fuiste tan lejos, bueno, tú eres inteligente.


9.       Un día, ¿el lunes?, me amaras ya para toda la vida. Imagen cada vez más inédita, leerás ese poema dentro de unos pocos días, brillante amor zodiacal de mis noches.

10. Palomita: se que te vas a reír de esto, pero creo que te voy hallar al mediodía en una canción. ¿No me amas ahora? Me amarás más tarde ¿qué más da?

11.   Murmullo, amor, Palomita, amor y nada más, si se trata de hablar de tus largas y muy cuidadas uñas, ¡Caramba!, me acuerdo de ti y me provoca enviarte un poema para hablar de tus manos y su dueña.

12.  Te he visto junto al mar y me has adivinado, niña divina, y con qué alegría nuestros ojos sonrieron. Palomita. Yo te miraba olvidándome de mí, luego nos fuimos navegando por el aire. ¡Fue hermoso!

13.  Simplemente te invito a que repitas el sorbete de guanábana. Aceptas, yo pido algo parecido. Te hago un acertijo para volverte a intrigar, a veces por romper el silencio, No entiendo, me dices, ¡ah!, para eso son las adivinanzas. Palomita sonríe, insistes, te gusta preguntar, muñequita curiosa, clavas en mis tus hermosos ojos exploradores, que me invaden. ¡Está bien! pronto lo sabrás, no importa… Yo sólo sé que estoy temblando por ti.

14.  Eres mi tipo y tú, sea como fuere, esperando, esperándome. Y yo aquí esperanzado, pequeña, adivinando pasos y caminos, fraguando estrategias como en guerra fría, buscando el momento, y los pretextos para un encuentro furtivo, mira, que este verso, que esta palabra, ¡alguna excusa para lograr a besarte! Aunque no importa, cualquier cosa, lo bueno es hacerte sonreír.

15.   Hace un sol esplendoroso, qué raro, no eres nada tímida para decir verdades. Camino lentamente y te veo solitaria y bella, con la cara radiante, tú, la misma. Ya había visto que eras toda una musa, una poesía que brota vida. Pero este endiosamiento ¿se debe a que eres el amor de hoy? Puede ser, Palomita, puedes no ser eterna, yo lo sé recordar bien.

16.   ¿Dónde estás ahora dulce amor? ¿Dónde y en qué pensando? ¿En qué durmiendo y soñando? ¿Ah? Palomita olvidosa, no te duermas todavía, aún no es hora de irnos a la cama mi queridísima flor. Pronto será mañana para nosotros, ¿Cuándo aceptas mi propuesta romántica?, hoy, mañana, el domingo por la tarde. Está bien, La vida es nuestra:

17.   Y cada día confió en que será por fin el día anhelado
Y cada día confió en que será por fin el día anhelado
Y cada día confió en que será por fin el día anhelado
Y cada día confió en que será por fin el día anhelado


Siempre tuyo,


CRISTÓBAL COLÓN MARÍN

sábado, 10 de septiembre de 2011



MIRÁNDOTE


Cuando te miro caminar
siento que cargas
casi 20 años de sonrisas
que envuelven miles de historias
pero que esconden también
días cálidos y soleados
con brisas de domingo
Y olor a sol tibio
con un universo de palabras simples
que se liberan con tu risa
Tu sonrisa
y yo viéndote, me olvido de mi.


Siempre tuyo,

Cristóbal Colón


AUTORRETRATO



Soy a la vez tu marinero y tu almirante
el compositor paciente y tú conquistador
El esclavo que tratas como a tu mentor
el compañero fiel de tus días radiantes

Soy a la vez el tímido y desafiante
que intrépido navega por tu sueño
el curioso, el callado, el sin dueño
y el delirante icono navegante

Soy el que fui en siglos distantes
el que nunca hayo lo que buscaba
el que no espero a quien lo esperaba
yo soy el que conocías desde antes

                                                   y con mañana tu antiguo enamorado
Soy tu presente sin tiempo pasado
pues contigo descubrí lo que quiero
un continente colmado de afecto sincero.

Cristóbal Colón 

sábado, 20 de agosto de 2011


YA LAZOS INQUEBRANTABLES 



Cuando las flores se desnuden sin color
Cuando el pájaro se canse de elevarse
Cuando el enamorado de fastidie de amor.

En el instante en que las nubes caigan por desabrigo
y tus pesadillas no hallen punto final
y de poco sirva cambiar de almohada o cabezal.

Cuando ganen los malos con su maldad
Cuando tú te encuentres sola —sin más.
Cuando ese día lejano e infame toque a la puerta 


En ese momento...

Yo te estaré esperando intacto todavía.


Siempre tuyo,

CRISTÓBAL COLÓN

sábado, 13 de agosto de 2011


A PESAR DE LOS PESARES


A pesar de la tardanza
A pesar de la distancia
A pesar de lo que dije, y callé
A pesar de lo que hago, y haré

A pesar de los pesares
A pesar de los azares
A pesar de ti y de mi
A pesar de mí y de ti

A pesar de esperar y esperar
A pesar de no hallar y no hallar
A pesar que duermas en Baviera
A pesar de la noche Barranquillera

A pesar de este cielo y mi soledad
A pesar de este océano y su bastedad
A pesar de mis poemas imperfectos
A pesar de este verso y sus defectos

A pesar de la lejanía y tu ausencia
A pesar de la hora y su diferencia
A pesar de los días de no verte
A pesar de las noches sin suerte

A pesar de la grácil melancolía
A pesar de la hora y el día
A pesar que desfilen los meses
A pesar que pasan sin que regreses



A pesar de los pesares
Siempre, Siempre…
TE LLEVO EN MI CORAZÓN


COINCIDENCIAS

Tú allá   yo aquí.
Entre los dos se opone un océano
de dimensiones formidables 
Por ahora
debemos cuidar el afecto
como baluarte de nuestra alegría
temporal y definitiva
como contrario de nuestra distancia
temporal —no definitiva.
Cuidarlo de los intrusos y sus intrusiones.
Del mar y su marea.


Mientras
a veces cuesta bastante aprender  
acerca de ausencias y barreras,
y ser solo
y tú sola
 lejanos
sin más.
Sin embargo   aclaremos
más allá del profundo azul
Estás tú  con más de veinte primaveras
persiguiendo las mías.
No será tarea fácil sorprenderte—si placentera—
aunque uno de estos días
no sé si mañana 
o tal vez pasado 
despierte jubiloso y animado
y me haga a la mar
olvidando que distantes están tus costas
si tengo en cuenta 
o mejor 
si recuerdo
Porque llevo nombre
de marinero.



Siempre tuyo,

Cristóbal Colón
MI ROSA


     hermosa
                      bella.
Toda tú vendrás acompañada de tu risa y noviembre.
Solo basta mirar tus ojos negros para amarte
y basta un solo instante para que tus cabellos traviesos y tu boca sean mi sueño marinero.
     toda tú
                   rosa inmarchitable;
Como la rosa junto a tu cama, —esa que sólo tú y yo conocemos— debo decir que la envidio a momentos:

Porque ella puede contemplar la picardía de tu risa y verte florecer con el tiempo
Porque conoce la hora exacta de tus sueños
y de mirar tu soñar no se cansa
Porque conoce las caricias fieles de tus manos; entristecer si tu ausencia crece, y encuentra júbilo en tu regreso.
Porque vibra en ti, sin ti, contigo
y vuelve a enamorarse para siempre de tus ojos negros.

Como la envidio algunos días de estos.
Pero tu mi rosa sonriente,
Nunca pienses que te olvido o que yo invento.
No te olvido, —no puedo.

Cómo si tus pupilas no fueran un rayo de luz que me parte en dos, y me desnuda el alma y los sentimientos cada dos años que te veo.
Es verdad, no creas que exagero; tú me haces vibrar y sentir un arcoíris de emociones que llevo.

Eso creas, eso causas,
eso produces, eso tienes,
eso trasmites, eso das,
eso palpitas, eso elaboras

y por eso te pienso, te confió,
te congratulo, te celebro,
te admiro, te cuido.

Por eso te escribo y te amo.

Nota: te escribiré otra vez dentro de poco; por ahora recibe esto como una disculpa por aquel silencio del que con tanta gentileza de quejaste; y créeme no invento o exagero.

Siempre tuyo,

Cristóbal Colón Marín.



MI CIELO ES AZUL


Ella tiene la piel pintada de acuarelas celestes
Ella siempre lleva el cielo por sombrero
Ella a diario florece del color del firmamento
Ella tiene los más bellos tonos bajo el sol
Ella se cubre con el color que más me gusta


Ella
—Mi inspiración—
Es y será,
Mi Cielo Azul.

Cristóbal Colón

NUESTRO ESPERADO ENCUENTRO 


Sólo en mis noches de niño atolondrado
Construía y reconstruía los días sin ti.

Y sólo, ese inolvidable sábado indagué por tus pasos
Cuando faltaba únicamente un rincón de aquel sitio donde buscar
Fue que pude verte vestida de mañana y de azucares.
Ya no con tu cabello largo de antaño.
Sola y especial tú. Más hermosa que ese instante único
—Sonriente rosa pura—, entre libros sentada en aquella mesa,
Estabas, en el centro del mundo.
Y yo caminaba a tu espalda, nervioso y vigilante.

Al  vernos, ya no tuve más patria que el eco de tú risa
Y mi bandera, fue el sabor de tus besos.

CRISTÓBAL COLÓN

SOBRE DELIRIOS


Esta noche te beso
Te toco
Te siento
Te tengo
Y te vuelvo a besar.
Eres el beso de mis besos.
Te siento pero no estás
Pero te siento.
Luego estás.
Presencia en la ausencia; pero ausencia con tiquete de regreso.
En algún sitio de este mundo habitas,
y desde ese territorio activas el ingrediente vital de estas líneas.

Siempre tuyo,


Cristóbal Colón


ESPERANDO BIEN-VENIRTE 


Es un pesar que no estés conmigo hoy

Cuando llego a mi casa y miro el reloj y son las diez y las once.
Y enciendo la luz, y veo que te quiero, y no te veo
Y más te quiero amor, y sin mirarte.

Hace diecisiete meses cuando partiste, sabía que te iba a extrañar
Lo que no sabía era hasta cuánto.
No sé hasta qué punto tu recuerdo ha conservado intacta mi soledad
No sé hasta qué punto mi soledad ha conservado intacto tu recuerdo
Se me ocurre que te quiero y pesa más.
Y cómo te quiero
Sin mirar.

Imagino que si el pesar y el esperar encuentran su antítesis
Será en tu BIENEVENIDA

Regresa,

Siempre tuyo,

Cristóbal Colón 

domingo, 10 de abril de 2011



Es un pesar que no estés conmigo hoy
Cuando llego a mi casa y miro el reloj y son las diez y las once.
Y enciendo la luz, y veo que te quiero, y no te veo
Y más te quiero amor, y sin mirarte.

Hace diecisiete meses cuando partiste sabía que te iba a extrañar
lo que no sabía era hasta cuánto.
No sé hasta qué punto tu recuerdo ha conservado intacta mi soledad
No sé hasta qué punto mi soledad ha conservado intacto tu recuerdo
Se me ocurre que te quiero y pesa más.
Y cómo te quiero
Sin mirar.

Imagino que si el pesar y el esperar encuentran su antítesis
Será en tu BIENVENIDA

Regresa,

Siempre tuyo,

Cristóbal  Colón

miércoles, 9 de marzo de 2011




QUIERO VIVIR DE TARDE



Contigo amor mío, espero un amor cómo el atardecer
Extendido y breve
Espontáneo y minuciosamente detallado
Que pinte el cielo –nuestro cielo– a tres colores:
Azul
        Rojo
                  Amarrillo.
Así sea por dos horas días
Y nada más -ojala no-
Pero espero qué sea un amor
Tan fugaz como seguro
Y cuando digo fugaz; será inversamente proporcional
Por que estoy seguro.
Espero un amor hermoso/ orgulloso/ hinchado
No modesto
No humilde
Ni barato
Que se muestre presuntuoso de su mágico encanto de crepúsculo
Un amor que me extienda el instante
Entre la noche y el día, y lo haga eterno;
Por siempre y para siempre.
Ese amor yo espero (con certeza)
Y espero tu boca, y tus palabras
Y algo más, que no es poco
Y espero otra cosa, otra cosa yo espero, Cielo mío:
Qué la noche te traiga siempre, al final de sus mañanas
Y no te vayas, amor
Y no te vayas.

Yo quiero vivir de tarde.


Siempre tuyo,

Cristóbal Colón

viernes, 28 de enero de 2011



VERSO A VERSO

Soy yo el que hurta inspiración de tu cintura
El que muere por tus suaves manos;
por tus dedos más pequeños que los míos.

Por la constelación de estrella que se congregan en tus ojos.
Por tú olor, por tu boca – esa boca que aún no tengo- con sus dulces labios.
Soy yo el que roba inspiración de aquel mundo escondido que me entregas gota agota.
Ese soy, lo confieso.
El que desde su habitación te construye verso a verso.

Siempre tuyo,

CRISTÓBAL COLÓN 

jueves, 30 de septiembre de 2010




MEDITACIONES

Existen silencios atractivos
Silencios para esperar
Silencios estimulantes
Silencios que acercan
Silencios gratos

Silencios deliberados
Silencios persuasivos
Silencios melodiosos 
Silencios que abrazan

Silencios que seducen
Silencios para amar

Silencios que acarician
Silencios húmedos
y sobre todo



Silencios necesarios.


Tu silencio no es como ninguno de esos;
Tu silencio es eterno, —el me acuchilla, pero no me liquida.
Indiferente y sosegado se quedó reposando entre tus labios


"Yo te hago miles de preguntas y en tus ojos siento un silencio de piedra"
 decía el escritor.
Y que fiel retrato hacía de tus dotes de fría apatía
Que tanto decía… Que tanto decía
Sin nada decir

Porque siempre, siempre y nunca.
Fuiste mía


Lejanía


Cristóbal Colón

sábado, 11 de septiembre de 2010



PERSUASIÓN


Sería bueno convencerte de las ventajas de tu desnudes,
para que lograras: lucir el mejor y más ajustado de tus vestidos,
comprobar la ubicación táctica de tus más sutiles lunares,
vigilar lo que ocultas en los diferentes tonos de tu piel;
donde no llega el sol y empiezan tus secretos.


Sería bueno convencerte de las ventajas de tu desnudes
Así podrías: Conocer la distancia exacta que hay entre tus senos
y el triángulo oculto matriculado entre tus piernas…
y sus secretos.
Comprender tu geométrica hermosura
y la facilidad con que me haces perder en ella.


Sería bueno convencerte de las ventajas de tú desnudes;
Porque hallarías: El inagotable manantial de mis versos
descubrirías tu piel como un lienzo virgen
esperando a ser pintada por el óleo de mis besos,
que esperan viajar por las colinas de tu espalda,
y de toda tú cuando estás desnuda...
-Sin secretos-


Sería bueno convencerte de las ventajas de tu desnudes,
de irte quitando las prendas del alma.
Para poder reinventar esta historia

Mientras podemos, mientras dure, mientras queramos


Mientras la noche y las olas… No se atrevan a molestarnos.


CRISTÓBAL COLÓN

lunes, 19 de julio de 2010


PIEL


“La piel de no rozarla con la piel,
 Se va agrietando.
 Los labios de no tocarlos con los labios,
 Se van secando.
 Los ojos de no cruzarlos con los ojos,
 Se van cerrando.
 El cuerpo de no sentirlo con el cuerpo,
 Se va olvidando.
 El alma de no entregarla con el alma,
 Se va muriendo”.


Bertol Brecht


Sobre tu piel:

Tu piel será el papiro para escribir y volcar en su manto mis anhelos encriptados, será el primer eslabón de tus tesoros bellos, cual lo indica el verso. Tu piel… ese traje hermoso y galante que estimula mi inspiración más hermosa, en mis versos describiré. Deja que mis rimas se posen sobre ella; como el pergamino sobre el cual se escriba el mejor de los poemas.

Tu piel es el fin de mis manos activadas, es la selva y la campiña de excitantes extensiones, de senderos ocultos, seductores y ondulantes, que excita mi corazón en una fiesta de sentimientos, y me incita a recorrer por el valle estrecho de tus pechos delicados que van indicando tu cauce original.

Deseo sentir tu piel invitando a estos labios a lentamente recorrer, beso a beso y sin modestia los rincones de tu ser, para que disfrutes cada uno de los roces y yo encuentren entre su dulce aroma y suavidad los puntos precisos de deleite que te hagan estallar.

Tu piel, “lienzo virgen sobre el cual se lanzan mis palabras y realizan el milagro llamado: poesía”.
CRISTÓBAL COLÓN

viernes, 16 de julio de 2010



DESEOS

Si tu lograras concebir lo que en mi imaginación creo
posiblemente te sorprenderías de saber lo que yo aspiro.
Complacer tus deseos, desgastar tu respiración
al tiempo que mis manos desabrigan tu piel
eternamente murmurar palabras en tu oído;
expresándote, ¡me gustas y te necesito!
me hechiza tu cuerpo, te sueño a montones...
Mis dedos paulatinamente viajan por tus pechos,
delineando lentamente tu apuesto cuerpo
y nuestros labios se hallan en un beso eterno,
encendido vivo, sin apreciar el tiempo
despertando febriles emociones
para inventarnos el amor y
derretirnos en un solo cuerpo hasta
abrigar el sentimiento más ¡perfecto!



Siempre tuyo,

CRISTÓBAL COLÓN

domingo, 4 de julio de 2010



COMENCEMOS A IMAGINAR


Estas palabras son para arrojar a navegar la imaginación... imagínate que somos tu y yo…

En ellas te advierto a ti, adormecida en una cama, te encuentras totalmente desnuda, estás cubierta por una sábana clara, solo en algunas partes, tienes una pierna cruzada arriba de la otra, y tus brazos hacia arriba rodean el cojín...

Por la ventana entra una fresca brisa que florece después de la lluvia, zarandeando el cortinajes con un ritmo grácil y sensual, además entra la luz del astro nocturno, que se expresa encima del mar... en un costado de aquella habitación, me encuentro yo, erguido, sin dejar de contemplarte un solo instante, viendo que yaces tan profundamente dormida en esa cama suave.

Comienzo a transitar paulatinamente, me siento junto a ti, mimando tu hermoso cabello, para más tarde rodar mi índice por tu rostro hasta alcanzar tus labios, los cuales diseño con mi dedo.
Tú percibes mis caricias, y abres los ojos, me echas un vistazo y sonríes levemente, mueves un poco tu cuello para retirar el sueño, y me dices, “hola cielo, ¿No puedes dormir?”...

Yo te manifiesto que no sin emitir vocablo, solo con un meneo de mi cabeza, sigo arrullando tus labios ahora con todos los dedos de mi mano derecha, los dos nos vemos a los ojos, solo alcanzo a decirte “te necesito, te quiero” y confío mis labios arriba los tuyos, en un urgente beso...

Me miras, y me halas junto ti, resultando nuestros cuerpos acoplados, pegados uno al otro... estoy sobre ti, he intento besarme suavemente, abrazándote por la espalda, mis besos suben de tono, por lo que, me estrecho más con tu cuerpo, tus ojos reflejan ahora entusiasmo y deseo.

Me elevo con los brazos abiertos hacia a ti, incitándote a elevarte, tú asimismo lo haces, y tocando tus facciones con mis manos, empiezo a besarte los labios. Yo te abrazo por la cintura y acaricio tu piel con mis manos extendidas, encajo mis dedos por tu cabello, y muerdo tus labios amistosamente, para más tarde besarte el cuello.

Mi aliento se excita aún más, y procedo a apretar suavemente tu espalda, te invierto quedas de espaldas hacia mí, te beso los hombros, y sin dejar de besarlos, acaricio tu cuerpo desnudo hasta caer en la alfombra.

Muevo tu cabello hacia un sector, te tomo por la cintura, y paseo mis dedos desde tu cuello hasta tu zona lumbar, mientras tú te encuentras boca abajo en la alfombra.

Observo tu pasión, y comienzo a rozar tu cuerpo, sigo besándote y desde el cuello caigo a la parte baja de tu espada.

En este instante dejas ver tu gran excitación, por lo que te desesperas, y me dices con la voz entrecortada “ya, mi amor, no aguanto más, hazme tuya”.

Te iluminas y me envuelves, y nos derrumbamos en el lecho, abrazados, ardiendo de pasión, consumiéndonos la boca.

Ahora nos encontramos frente a frente, elevo tu pierna, y suavemente, te penetro, por lo que sueltas un ligero gemido, y aprieto tu mano, esto te vuelve loca, y mi propongo hacerte el amor con gran ímpetu.

Suelto tu pierna, te tomo la otra mano, y alzo tus brazos hacia arriba quedando a los lados de mi cabeza.

Continuas, mirándome a los ojos, yo los cierro guiado por la fenomenal delicia que siento, tú me dices “no, cariño, no cierres tus sentidos, mírame”... yo los abro y te miro, y te digo con una expresión ligera, “te adoro, mi princesa”, y me confiesas con tu voz intermitente, ‘yo también, mi cielo”

Ahora te mueves con un ritmo que me hace desfallecer, un temblor que camina mi todo mi ser me sacude, y la piel se me eriza...

Sé que vas a terminar, y te abrazo con más ánimo, tu gimes al ritmo que te hago el amor, esto hace que yo también sientas que voy a terminar, y pronunciando tu nombre y tú el mío, acabamos mi amor, al mismo tiempo...

En encantaría caer de deseo entre tus brazos... derretirme con tu pasión, con todo tu ser, con tu ternura, ser uno solo contigo hasta nunca cansarme…

Cristóbal Colón